miércoles, 12 de marzo de 2008

Descubre el poeta los misterios de cierto río que nació de su interior (de un modo u otro)

















A María Julia Alsogaray


Del interior dos amigos
despedí ayer fatigado:
“Chau morocho, chau morocho...”
se los tragó el escusado .

Salieron de mis adentros,
los di a luz y, ya bajando,
por el retrete hasta el Plata,
por ti se fueron nadando,

Riachuelo, triste riachuelo,
porteño Sena apestado,
oro verde de las moscas,
asesino de pescados,

Vomitas peste al mar dulce,
transportista envenenado,
ya no eres frescor del pueblo,
sino colon del Estado.

Si algún forastero se hunde,
gozoso, en tu rostro manso,
altanero y confianzudo,
lo intoxicas por osado.

Y si una dama se arrima,
sin el pulmón abrochado,
en su nariz los jazmines
serán perdido pasado.

Y las moscas que ha un tiempo
hacia ti se iban volando
con tu aliento insecticida
al viento las vas bajando.

“¿Riachuelo, triste riachuelo,
–le dije cual triste bardo–
qué género de sirenas
imitan de tu agua el canto?”

Él se paró tan mugriento
que al enaltecer los brazos
despidió tal pestilencia
que el sol cayó desmayado

y abrió la Boca de modo
que aliento tan enviciado
alentó en la bombonera
sin dejar uno parado.

Cuando por fin soltó palabra,
estaba yo hospitalizado
por lo que envió su respuesta
por sobre certificado:

“Refrescándose en mi vientre,
ayer sirenas cantaban;
por chapuzones hoy cantan
mil sirenas de ambulancia.

Las niñas daban sus cuerpos
a mis aguas con confianza,
hoy me mojan sus mojones
y sus meos se me estancan.

Y a las viejas lavanderas
cuyas prendas yo blanqueaba,
agudo cáncer de olfato,
les provoca mis oleadas.

Y las ninfas que jugaban
eufóricas en mi panza
hoy defecan sus problemas
y por tubos me los mandan”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Más allá de gustarme o no, diría simplemente que hiciste Arte con el excremento. Muy bien logrado.

Granada

Granada, luna gitana, cauce oculto de suspiros, entre sus calles de piedra y sus cielos de zafiros. Anda un gato entre las tejas, los toldos...